Desarrollo del concepto de Evaluación Formativa
Scriven, 1967
La EF se realiza durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Ofrece información sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje. Distingue entre evaluación de proceso y evaluación terminal.
Bloom et al., 1971
La EF ofrece formación que el maestro puede usar para tomar decisiones en la enseñanza.
Sadler et al., 1989
La EF ofrece información que los estudiantes pueden usar para mejorar su propio desempeño.
Black y Wiliam, 2009 Brookhart, 2007 Stiggins, 1998
La EF cumple una función de motivación. Motiva a los estudiantes a seguir aprendiendo.
Explicación del desarrollo del concepto de evaluación formativa en función de las ideas de
autores clave.
Es importante comprender de qué manera se ha desarrollado el concepto de EF a lo largo del
tiempo. En este resumen propuesto por Brookhart (2009) y retomado por Martínez Rizo, se aprecia
de qué manera el concepto ha ido expandiéndose en el tiempo, retomando lo anterior y agregando
o colocando distintos énfasis.
Scriven, en 1967, señala que la EF es la que se desarrolla durante el proceso de enseñanzaaprendizaje
y ofrece información sobre ello. El autor distingue entre evaluación formativa (durante
el proceso) y la evaluación terminal, que se realiza al nal del proceso con nes de cali cación o
certi cación. Es probable que los docentes estén más familiarizados con esta versión original del
concepto de EF (con más o menos ampliaciones).
Este primer concepto es desarrollado luego en el trabajo de Bloom, Hastings y Madaus (1971).
Ellos señalan que la evaluación que se efectúa durante el proceso ofrece información rica que el
docente puede utilizar para tomar decisiones instruccionales. Básicamente, la idea que está detrás
de esta concepción de Bloom y sus colegas es que la evaluación retroalimenta la enseñanza.
Los desarrollos posteriores de la EF modi can el concepto desde este énfasis en la enseñanza
hacia un enfoque en el estudiante y el aprendizaje. En esta línea, un autor clave es Sadler (1989),
quien señala al estudiante como actor de la evaluación y la retroalimentación. A rma que los
estudiantes pueden utilizar la información que provee la evaluación para mejorar su propio
desempeño. Como se puede apreciar, se amplía el concepto de retroalimentación (le sirve no solo
al docente, sino también al estudiante).
En última instancia, un conjunto de autores orientados en lo que actualmente se denomina
“evaluación para el aprendizaje” señala que la EF no es una sanción del aprendizaje, sino, por el
contrario, es una información que puede motivar a los estudiantes. El hecho de evaluar constituye
una motivación para que los estudiantes sigan aprendiendo. Por lo tanto, cómo se realiza la
evaluación y cómo se usa la información que provee es clave para trabajar la motivación de los
estudiantes, que, como se sabe, es fundamental en este mismo aprendizaje. Un estudiante que no
está motivado por aprender difícilmente lo hace.
En este desplazamiento, descrito por Brookhart (2007), ocurre que cambia la teoría del
aprendizaje que subyace en estos distintos autores. Partimos de perspectivas de EF en un
contexto más conductista del aprendizaje a una EF orientada en una posición constructivista de
aprendizaje.
En el primer caso, el alumno es receptor del saber que le comunica el maestro. En el otro, los
estudiantes resigni can y construyen el conocimiento a partir de una relación dialógica con el
maestro.
Resulta muy importante saber y comprender las distintas teorías de aprendizaje y los conceptos de
EF basados en ellas, pues, de lo contrario, se pueden generar confusiones.
Una defnición de evaluación formativa
Para redondear las ideas mencionadas, se tomará la de nición de EF propuesta por Black y
William, dos de los exponentes del enfoque de evaluación para el aprendizaje, tomados muy en
cuenta en la valoración que se está haciendo de la EF hoy en día:
La evaluación es formativa en la medida en que las evidencias acerca del desempeño de los
estudiantes es buscada, interpretada y usada por los profesores, los estudiantes o sus pares, para
tomar decisiones acerca de los próximos pasos a seguir en la enseñanza y el aprendizaje.
Decisiones que probablemente son mejores o mejor fundadas que las que hubiesen sido tomadas
en ausencia de estas evidencias intencionalmente buscadas.
Explicación de los elementos de esta de nición de evaluación formativa
Ampliemos algunos elementos de esta de nición:
Se buscan evidencias intencionalmente. La evaluación no signi ca un conjunto de preguntas
dadas, cerradas, que indagan si el estudiante sabe o no; más bien es un mecanismo que debe
permitirnos conocer cuánto y de qué manera el estudiante va logrando lo que se espera de él. En ese sentido, el docente debe generar situaciones que permitan recabar información relevante, y que el estudiante muestre lo mejor de sí. Debe formular preguntas orientadas a que el estudiante muestre lo que ha logrado. No se trata de “sorprenderlo” con la evaluación, de “hacerlo caer” con lo que no sabe; tampoco es pertinente considerarla como un mecanismo de sanción. Todo lo contrario, la evaluación debe servir casi como un instrumento investigativo.
La evaluación debe traducirse en instrumentos que permitan saber qué están comprendiendo los estudiantes o con qué profundidad pueden hacer tal o cual cosa. En ese sentido, es que las
evidencias son buscadas con intención.
Interpretar la información. Una vez que se busca la información, debe ser interpretada. La
información no habla por sí sola, por lo tanto, es importante identi car bien los criterios con los
cuales vamos a observar e interpretar esta información.
La información es utilizada para la toma de decisiones por parte de varios actores (los
docentes, los estudiantes, los estudiantes entre sí). Esta información se utiliza para tomar
decisiones sobre los procesos de enseñanza. También se traduce en información para el estudiante
sobre su aprendizaje y cómo entender estos procesos. Estas decisiones no serán concluyentes,
pero son probablemente mejores o más fundadas que aquellas que se toman sin información. Si el
docente no sabe qué está pasando con sus estudiantes puede igualmente seguir adelante; puede
plani car la próxima unidad según la secuencia curricular establecida, pero va a ser obviamente
mucho mejor su pedagogía y las actividades que les proponga a sus estudiantes si se basa en
evidencias acerca de su aprendizaje.